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¿Estabas acariciando a tu perro y notaste que tiene un bulto en el cuello? No se asuste, las causas de los bultos no siempre son malignas.
Lo imprescindible es llevar a tu mascota y pedir la opinión del veterinario que la examinará, hará un diagnóstico y preparará el tratamiento más adecuado.
En este artículo de PeritoAnimal nos centraremos en bulto en el cuello del perro: ¿qué puede ser? y lo que puede hacer cuando se encuentra con este problema.
Perro con un bulto en el cuello, ¿y ahora qué?
A menudo, aparecen bultos en el cuerpo del animal que preocupan a cualquier propietario. Si actúa rápido y lo lleva al veterinario tan pronto como identifica un bulto en el cuerpo del perro, ya está ayudando a una posible cura.
Un perro con un bulto en el cuello es fácil de identificar ya que es un lugar muy visible y accesible para tocar. Hay muchos factores que pueden provocar un bulto en un perro:
- Pastilla: el microchip a menudo puede causar confusión cuando se detecta. Tiene la forma de un grano de arroz o una cápsula y, si lo siente, se mueve fácilmente por la parte superior del cuello y puede confundirse con un bulto.
- garrapatas: parásitos muy pequeños y blandos que pueden ser confundido con bultos cuando se alojan debajo de la piel. Es importante que se elimine todo el parásito, porque si la boca permanece, puede llevar a consecuencias más graves como granulomas.
- verrugas: en animales jóvenes o mayores con defensas más débiles Aparecen pequeñas “coliflores” de consistencia dura. Son benignos y suelen desaparecer a los pocos meses.
- Histiocitomas: pastas benigno y rígido, muy común en cachorros, desapareciendo al cabo de un tiempo.
- Reacciones secundarias a vacunas o inyecciones.: reacciones inflamatorias dolorosas y severas resultantes de vacunas aplicadas recientemente y el sitio más común es el cuello y las extremidades.
- abscesos: doloroso o no y sensible en una etapa temprana y duro en la infección completa. Son el resultado de infecciones por mordeduras o heridas mal curadas que evolucionaron a este tipo de bulto.
- Moretones: grumos de sangre acumulados debido a trauma, siendo suave al principio y endureciéndose con el tiempo
- quistes sebáceos: el bloqueo de las glándulas sebáceas provoca estos quistes de consistencia rígida que no suelen causar molestias al animal
- Dermatitis alérgica: protuberancias de consistencia variable según la gravedad de la reacción alérgica
- ganglios linfáticos agrandados: doloroso y en ocasiones se puede adherir a la piel, son indicadores de enfermedades, en el cuello los más fáciles de identificar son los mandibulares (debajo de las orejas y cerca del borde inferior de la mandíbula) y retrofaríngeos (cerca del comienzo del cuello)
- Lipomas: acumulaciones de grasa dura que aparecen en cachorros obesos y viejos. Son inofensivo y la cirugía solo se recomienda si el lipoma está afectando la calidad y el bienestar del animal.
- Tumores cutáneos malignos: Suelen ser de consistencia blanda, tras el diagnóstico definitivo se deben extirpar por completo sin dejar tejido afectado para evitar que células malignas se propaguen a otros órganos.
Estos factores se explican en detalle en el artículo correspondiente al bulto en un perro.
Diagnóstico
Como hemos visto, las causas pueden ser muy variadas, pero determinar las características del bulto en la piel del perro conduce a un diagnóstico más rápido y certero. Un bulto blando en el cuello del perro puede indicar otro tumor de piel maligno mientras que un bulto duro en el cuello del perro puede estar asociado con causas menos graves, sin embargo es importante enfatizar que no todas las situaciones son así y existen algunas excepciones que solo el médico veterinario puede identificar.
Por ejemplo, un bulto en el ojo de un perro está más relacionado con verrugas, abscesos, quistes en las glándulas lagrimales, dermatitis alérgica o tumores.
Así, el bulto en el perro, a pesar de ser simple de identificar visualmente, es un tema muy complejo en cuanto a diagnóstico y tratamiento. Por tanto, debe proporcionar la siguiente información al veterinario:
- historia animal: vacunas, hábitos, dieta e historial de enfermedades.
- Características de la piedra: cuando notó que apareció, si, sin embargo, aumentó de tamaño, si hubo cambios de color, tamaño y forma.
- si el animal se presenta otros sintomas como apatía o pérdida del apetito.
Se pueden hacer otras preguntas para recopilar la mayor cantidad de información posible y ayudar con el diagnóstico.
El médico utilizará esta información y, junto con el examen físico, determinará qué métodos de laboratorio y exámenes complementarios son necesarios para tomar una decisión final:
- Citología por aspiración
- Imprimir
- Biopsia (colección masiva parcial o incluso total)
- Rayo X
- ultrasonido
- Tomografía computarizada (CAT)
- Resonancia magnética (resonancia magnética)
Tratamiento
Cuando estamos ante un perro con un bulto en el cuello, tenemos que plantearnos qué tipo de tratamiento vamos a aplicar según su localización y malignidad.
Las garrapatas y pulgas se pueden tratar con antiparasitarios adecuados y los abscesos y los hematomas se pueden drenar y limpiar. En algunos casos, se pueden recetar antibióticos y antihistamínicos o corticosteroides.
Por lo general, el extirpación quirúrgica Es la solución ideal para nódulos tanto benignos como malignos, ya que su eliminación elimina gran parte de la sospecha de que puedan volverse malignos o extenderse por el resto del cuerpo. Sin embargo, el cuello es un lugar frágil y usted y su veterinario deben discutir los riesgos involucrados con cada posible tipo de tratamiento. Lo importante es el bienestar y la calidad de vida del animal.
Este artículo es meramente informativo, en PeritoAnimal.com.br no podemos prescribir tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Sugerimos que lleves a tu mascota al veterinario por si presenta algún tipo de afección o malestar.
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