Contenido
- ¿Qué es la displasia de cadera en perros?
- Los perros son más propensos a sufrir displasia de cadera
- Causas y factores de riesgo de la displasia de cadera
- Los síntomas de la displasia de cadera.
- Diagnóstico de displasia de cadera
- Tratamiento de la displasia de cadera
- Pronóstico médico de la displasia de cadera
- Cuidado de un perro con displasia
- Prevención de la displasia de cadera.
LA displasia de cadera es una enfermedad de los huesos que afecta a muchos perros en todo el mundo. Es hereditario y no se desarrolla hasta los 5-6 meses de edad, solo ocurre en la edad adulta. Es una enfermedad degenerativa que puede resultar tan dolorosa para el perro que en estado avanzado incluso lo incapacita.
Afecta a las razas de perros grandes o gigantes, especialmente si no han recibido la dosis adecuada de calcio y minerales que necesitan para un crecimiento rápido. La mala alimentación, el ejercicio físico extremo, el sobrepeso y los cambios hormonales pueden favorecer el desarrollo de esta enfermedad. Sin embargo, también puede ocurrir por causas genéticas y aleatorias.
Si sospecha que su mascota puede estar padeciendo esta enfermedad, continúe leyendo este artículo de PeritoAnimal sobre displasia de cadera en perros, junto con tu síntomas y tratamiento indicado para la enfermedad.
¿Qué es la displasia de cadera en perros?
El nombre de displasia tiene un origen griego y su significado es "dificultad para formar", es por ello que la displasia de cadera en perros consiste en un malformación de la articulación de la cadera, el que une el acetábulo de la cadera y la cabeza femoral.
Durante el crecimiento del cachorro, la cadera no adopta una forma armoniosa y adecuada, por el contrario, se desplaza leve o excesivamente hacia los lados, impidiendo un correcto movimiento que empeora con el tiempo. Como consecuencia de esta malformación, el perro sufre dolores e incluso cojea provocando dificultad para realizar las actividades habituales o para sentarse o subir escaleras.
Aunque muchos cachorros pueden tener esta enfermedad en sus genes, en muchos casos no se desarrolla.
Los perros son más propensos a sufrir displasia de cadera
La displasia de cadera puede afectar a todo tipo de perros, aunque es más común que se desarrolle en razas grandes o gigantes. Debemos intentar prevenirlo informándonos bien de las necesidades de nuestra mascota en cada etapa de su vida.
Algunas razas de perros con más probabilidades de sufrir displasia de cadera son:
- Criador de ganado de Berna
- Border Terrier
- bulldog americano
- Bulldog francés
- Bulldog inglés
- galgo italiano
- Perro perdiguero de oro
- Husky siberiano
- Mastín
- mastín español
- Mastín napolitano
- Pastor alemán
- Pastor Belga Malinois
- Pastor Belga Tervuren
- rottweiler
- San Bernardo
- lebrel
Causas y factores de riesgo de la displasia de cadera
La displasia de cadera es una enfermedad compleja ya que es causada por múltiples factores, tanto genéticos como ambientales. Aunque es hereditario, no es congénito ya que no ocurre desde el nacimiento sino a medida que el perro crece.
Los factores que influyen en la aparición de displasia de cadera en perros son:
- predisposición genética: aunque todavía no se han identificado los genes implicados en la displasia, existe una fuerte evidencia de que se trata de una enfermedad poligénica. Es decir, es causada por dos o más genes diferentes.
- Crecimiento rápido y / u obesidad: una dieta inadecuada puede favorecer el desarrollo de la enfermedad. Darle a su perro alimentos ricos en calorías puede conducir a un crecimiento rápido que lo deja susceptible a la displasia de cadera. La obesidad en perros también puede favorecer el desarrollo de la enfermedad, ya sea en perros adultos o cachorros.
- Ejercicios inapropiados: Los perros en crecimiento deben jugar y hacer ejercicio para liberar energía, desarrollar la coordinación y socializar. Sin embargo, los ejercicios que tienen el mayor impacto en las articulaciones pueden causar daño, especialmente durante la fase de crecimiento. Por lo tanto, los tacones no son recomendables para cachorros que aún no hayan completado su desarrollo. También ocurre lo mismo con los perros mayores que necesitan hacer ejercicio sin romperse los huesos. Un exceso de actividad puede provocar la aparición de esta enfermedad.
A pesar del rápido crecimiento, la obesidad y el ejercicio inadecuado pueden favorecer el desarrollo de la enfermedad, el factor crítico es la genética.
Debido a esto, la enfermedad es más común en algunas razas de perros, entre las que suelen encontrarse razas grandes y gigantes, como San Bernardo, Mastín Napolitano, Pastor Alemán, Labrador, Golden Retriever y Rottweiler. Sin embargo, algunas razas de tamaño mediano y pequeño también son más propensas a esta enfermedad. Entre estas razas se encuentran el Bulldog Inglés (una de las razas más propensas a desarrollar displasia de cadera), el Pug y los Spaniels. Por el contrario, en Greyhounds la enfermedad es casi inexistente.
De todos modos, debes tener en cuenta que al ser una enfermedad hereditaria pero influenciada por el entorno, su incidencia puede variar mucho. Por lo tanto, la displasia de cadera también puede ocurrir en perros callejeros.
Los síntomas de la displasia de cadera.
Los síntomas de la displasia de cadera suelen ser menos evidentes cuando la enfermedad comienza a desarrollarse y se vuelven más intensos y evidentes a medida que el perro envejece y sus caderas se deterioran. Los síntomas son:
- Inactividad
- negarse a jugar
- se niega a subir escaleras
- se niega a saltar y correr
- aburrido
- Dificultad para mover las patas traseras.
- Movimientos de "salto de conejito"
- balances
- dolor de cadera
- Dolor de pelvis
- Atrofia
- dificultad para levantarse
- columna curva
- rigidez de la cadera
- Rigidez en las patas traseras.
- Aumento del músculo del hombro
estos síntomas puede ser constante o intermitente. Además, suelen empeorar después de que el perro juega o hace ejercicio físico. Si experimenta alguno de estos síntomas, le recomendamos que consultar al veterinario para realizar una ecografía y asegurarse de que el perro tenga esta enfermedad.
Padecer displasia de cadera no significa el final de la rutina diaria de tu perro. Es cierto que debes seguir algunas reglas y consejos que pueden cambiar tu vida, pero lo cierto es que, a través de las indicaciones de tu veterinario como la homeopatía, tu perro puede mejorar su calidad de vida y seguir disfrutando de la vida durante mucho tiempo.
Diagnóstico de displasia de cadera
Si tu perro presenta alguno de los síntomas descritos, debes llevarlo al veterinario para que le haga un diagnóstico adecuado. Durante el diagnóstico, el veterinario palpará y moverá las caderas y la pelvis, además de tomar una radiografía esa zona. Además, puede solicitar análisis de sangre y orina. El resultado de este diagnóstico indicará si la condición es displasia de cadera u otra enfermedad.
Tenga en cuenta que el dolor y la dificultad para moverse dependen más de la inflamación y el daño articular que del grado de displasia en sí. Por tanto, algunos perros que en el análisis radiográfico tienen displasia leve pueden sufrir mucho dolor, mientras que otros que tienen displasia severa pueden tener menos dolor.
Tratamiento de la displasia de cadera
Aunque la displasia de cadera no es curable, existen tratamientos que permiten aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida del perro. Estos tratamientos pueden ser médicos o quirúrgicos. Al decidir qué tratamiento tomar, debe considerar la edad, el tamaño, la salud general y el grado de daño en la cadera del perro. Además, la preferencia del veterinario y el costo de los tratamientos también influyen en la decisión:
- O tratamiento médico Generalmente se recomienda para perros con displasia leve y para aquellos que no pueden ser operados por diferentes motivos. Suelen ser necesarias la administración de medicamentos antiinflamatorios y analgésicos, la administración de condroprotectores (medicamentos que protegen el cartílago), la restricción del ejercicio, el control de peso y una dieta estricta. También se puede complementar con fisioterapia, hidroterapia y masajes para aliviar los dolores articulares y fortalecer los músculos.
El tratamiento médico tiene el inconveniente de que hay que seguirlo durante toda la vida del perro y no elimina la displasia, simplemente retrasa su desarrollo. Sin embargo, en muchos casos esto es suficiente para que el perro tenga una buena calidad de vida. - O Tratamiento quirúrgico se recomienda cuando el tratamiento médico no funciona o cuando el daño en la articulación es muy severo. Una de las ventajas del tratamiento quirúrgico es que, una vez finalizados los cuidados postoperatorios, no es necesario mantener un tratamiento estricto por el resto de la vida del perro. Sin embargo, también se debe tener en cuenta que la cirugía tiene sus propios riesgos y que algunos cachorros pueden experimentar dolor después de la misma.
El tratamiento curativo por excelencia es la triple osteotomía pélvica, que consiste en la remodelación quirúrgica de los huesos, proporcionando una unión artificial con una placa que sujeta correctamente los huesos sin permitir que el fémur se mueva.
Hay casos en los que no se pueden realizar este tipo de trabajos, estamos hablando de casos incurables. Para ellos, contamos con tratamientos paliativos como la artroplastia, que consiste en retirar la cabeza del fémur, permitiendo así la formación artificial de una nueva articulación. Evita el dolor pero reduce la amplitud de movimiento y puede provocar anomalías al caminar, aunque le da al perro una calidad de vida digna. Además, también existe la opción de sustituir la articulación de la cadera por una prótesis artificial.
Pronóstico médico de la displasia de cadera
Si la displasia de cadera no se trata, el perro sufrirá toda una vida de dolor y discapacidad. Para los perros con grados muy avanzados de displasia de cadera, la vida se vuelve muy agónica.
Sin embargo, el pronóstico para los perros que reciben tratamiento a tiempo suele ser muy bueno. Estos cachorros pueden vivir una vida muy feliz y saludable, aunque con algunas restricciones de comida y ejercicio.
Cuidado de un perro con displasia
Aunque su perro sufre de displasia de cadera, puede mejorar tu calidad de vida considerablemente si lo cuidas como se merece y necesita. De esta forma, y siguiendo unas reglas, tu cachorro podrá seguir realizando sus actividades de rutina, por supuesto con más tranquilidad que antes.
- Una de las propuestas que mejor funciona es la natación tanto en la playa como en la piscina. De esta forma, el perro desarrolla los músculos que rodean las articulaciones sin desgastarlas. Un par de veces a la semana bastará.
- Asegúrese de llevar a su perro a pasear porque sufre de displasia. Reduzca el tiempo de caminata pero aumente la cantidad de tiempo que toma a la calle, es muy importante que entre todas las caminatas juntas sume al menos 30 minutos de ejercicio.
- Si tu perro padece obesidad es muy importante solucionar este problema lo antes posible. Recuerda que el perro soporta el peso sobre la cadera y este problema puede agravar la displasia. Búsqueda de raciones a la venta luz y evite las golosinas con alto contenido de grasa, busque las que tengan un alto contenido de proteínas.
- Llévelo al veterinario para citas periódicas para comprobar que su salud no empeora. Sigue los consejos que te da el experto.
- Si siente mucho dolor, puede intentar aliviar los síntomas con masajes o bolsas de agua caliente en invierno.
- Existen sillas de ruedas ergonómicas para perros con displasia. Si está siguiendo un tratamiento conservador, podría beneficiarse de este sistema.
Prevención de la displasia de cadera.
Dado que la displasia de cadera es una enfermedad causada por la interacción de los genes y el medio ambiente, la única forma real de prevenirla y acabar con ella es evitar que los perros con la enfermedad se reproduzcan. Es por esto que los pedigrí de perros de determinadas razas indican si el perro está libre de la enfermedad o el grado de displasia que tiene.
Por ejemplo, la Federación Cinológica Internacional (FCI) utiliza la siguiente clasificación basada en letras de la A a la E:
- A (Normal): libre de displasia de cadera.
- B (Transición): hay poca evidencia en la radiografía, pero no es suficiente para confirmar la displasia.
- C (leve): displasia de cadera leve.
- D (medio): la radiografía muestra displasia de cadera media.
- E (grave): el perro tiene displasia grave.
Los perros que tienen displasia grados C, D y E no deben utilizarse para la cría, ya que es muy probable que transmitan los genes que portan la enfermedad.
Por otro lado, siempre debe tener ten cuidado con el ejercicio la obesidad de tu mascota. Estos dos factores influyen claramente en la aparición de displasia de cadera.
Este artículo es meramente informativo, en PeritoAnimal.com.br no podemos prescribir tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Sugerimos que lleves a tu mascota al veterinario por si presenta algún tipo de afección o malestar.