Contenido
El gato es un animal que siempre ha vivido acompañado de varios mitos y creencias ancestrales. Algunos son infundados, como pensar que los gatos negros traen mala suerte, y otros que tienen alguna base científica, como en este caso la capacidad de caer de pie.
¿Quieres saber más sobre este fenómeno? Si alguna vez te has preguntado si realmente los gatos siempre caen de pie o si es leyenda, en PeritoAnimal te contamos la verdad sobre este popular mito. ¡Sigue leyendo!
¿Mito o verdad?
Decir que los gatos siempre caen de pie es una creencia que ha llevado a creer que los gatos tienen siete vidas. Sin embargo, no está bien que el gato siempre caiga de pie, e incluso cuando lo hace, no significa que se salvará de lesiones, en algunos casos muy graves.
Aunque en un gran número de ocasiones el gato es capaz de caer desde alturas considerables sin resultar herido, esto no significa que debas permitirle a tu felino el acceso a balcones, balcones y otros lugares que necesiten una protección adecuada, ya que un accidente puede costarle la vida. .
El proceso, ¿por qué caen de pie?
En una caída al vacío, dos cosas juegan un papel fundamental para que el gato pueda enderezar su cuerpo y caer de pie: el oído y la flexibilidad.
Como ocurre con el resto de mamíferos, el oído interno del gato es el sistema vestibular, encargado de controlar el equilibrio. Dentro de este sistema hay un fluido que se mueve en la oreja, indicándole al gato que ha perdido su centro de gravedad.
De esta forma, cuando el gato se cae, lo primero que intenta enderezar es la cabeza y el cuello. Luego, se aplica una ley física sobre la conservación del momento angular, que establece que un cuerpo que gira sobre su eje genera resistencia y cambia su velocidad.
A través de este principio se puede explicar que el gato, cuando cae, es capaz de realizar un Giro de 180 grados y enderezar toda su columna, mientras retrae sus patas delanteras y estira sus patas traseras; todo esto gracias a la flexibilidad de tu cuerpo. Una vez hecho esto, ya está mirando al suelo. Posteriormente, retraerá las piernas y arqueará la columna, en una posición que le valió el sobrenombre de paracaidista. Con este movimiento pretende amortiguar el impacto de la caída y, en muchos casos, lo consigue.
Sin embargo, la velocidad de la caída no disminuye, por lo que si es demasiado alta, es probable que, aunque te caigas de pie, sufras terribles lesiones en piernas y columna vertebral, e incluso mueras.
El reflejo que se genera en el oído tarda una milésima de segundo en activarse, pero el gato necesita otros segundos vitales para poder realizar todos los giros necesarios que le permitan caer de pie. Si la distancia de caída es demasiado corta, no podrá hacerlo, si es demasiado larga, es posible que pueda alcanzar el suelo ileso, o puede girar pero aún así lastimarse mucho. En cualquier caso, se trata de un reflejo útil pero no infalible.
¿Y si el gato cae mal? ¿Qué debemos hacer?
Los gatos son excelentes trepadores así como animales extremadamente curiosos, por este motivo, es muy común que intenten explorar nuevos lugares como el balcón o algunas ventanas de su casa.
Debemos entender que para ellos estas pequeñas incursiones son una fuente de enriquecimiento y diversión, por lo que no debemos evitarlo, al contrario: agrega una malla o red de seguridad tapar su balcón es una excelente manera de hacer feliz a su gato y permitirle disfrutar del aire libre.
Sin embargo, si no cuentas con este material, puede suceder que el gato se caiga desde una altura considerable, algo que, si se repite varias veces, se denomina "síndrome del gato en paracaídas". En cualquier caso, si el gato se cae y parece herido, debemos valorar la situación y aplicar los primeros auxilios a acude al veterinario lo antes posible.