¿Qué pasaría si las abejas desaparecieran?

Autor: Peter Berry
Fecha De Creación: 17 Mes De Julio 2021
Fecha De Actualización: 21 Septiembre 2024
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¿Qué pasaría si las abejas desaparecieran? Es una pregunta muy importante que se puede responder de dos formas distintas, partiendo de premisas distintas.

La primera respuesta se basa en una suposición poco realista: que nunca habría habido abejas en la Tierra. La respuesta es fácil: nuestro mundo sería absolutamente diferente en su flora, fauna e incluso nosotros probablemente seríamos diferentes.

La segunda respuesta a la pregunta se basa en el supuesto de que las abejas actuales se extinguirían. La respuesta más probable sería esta: sin abejas el mundo se acabaría.

Si estás interesado en conocer la importancia vital que tienen las abejas para que toda la vida del planeta funcione correctamente, continúa leyendo este artículo de PeritoAnimal.


Abejas y polinización

La polinización que realizan las abejas es absolutamente imprescindible para la regeneración de árboles y plantas del planeta. Sin tal polinización, el mundo vegetal se marchitaría porque no podría reproducirse a su velocidad actual.

Es cierto que hay otros insectos polinizadores, mariposas por ejemplo, pero ninguno de ellos tiene la colosal capacidad polinizadora de abejas y zánganos. La diferencia en el grado superlativo de las abejas en su función polinizadora en relación con otros insectos es que estos últimos chupan las flores para alimentarse individualmente. Sin embargo, para las abejas esta función es una obra primordial para el sustento de la colmena.

Importancia de la polinización

La polinización de las plantas es fundamental para que no se rompa el equilibrio ecológico del planeta. Sin la llamada función que realizan las abejas, el mundo vegetal se reduciría drásticamente. Obviamente, toda la fauna dependiente de la vida vegetal vería detenida su proliferación.


La disminución de la fauna depende de la regeneración vegetal: nuevos pastos, frutos, hojas, bayas, rizomas, semillas, etc., provocarían una colosal reacción en cadena que afectaría también a la vida humana.

Si las vacas no pudieran simplemente pastar, si los agricultores tuvieran sus cultivos dañados en un 80-90%, si la vida silvestre de repente se quedara sin comida, tal vez aún no sería el fin del mundo, pero estaría muy cerca.

Amenazas a tu supervivencia

A avispas asiáticas gigantes, avispa mandarina, son insectos que se alimentan de abejas. Desafortunadamente, estos grandes insectos han viajado más allá de sus fronteras naturales, donde las abejas nativas han desarrollado mecanismos de defensa efectivos contra estas feroces avispas. Las abejas europeas y americanas están indefensas ante el ataque de estos nuevos enemigos. 30 avispas pueden acabar con 30.000 abejas en unas pocas horas.


Hay otros enemigos de las abejas: a larva de polilla de cera grande, Galleriamellonella, que es la causa del mayor daño a las colmenas, la pequeño escarabajo de la colmena, Aethina tumid, es un escarabajo activo durante el verano. Sin embargo, se trata de enemigos ancestrales de las abejas, que tienen defensas naturales para repelerlas y también ayudan en la defensa de los apicultores.

Insecticidas

Los insecticidas esparcidos en las plantaciones agrícolas son el mayor enemigo oculto de las abejas hoy, y lo que compromete más seriamente su futuro.

Es cierto que los llamados insecticidas están diseñados para matar plagas y no matar a las abejas inmediatamente, pero un efecto secundario es que las abejas que viven en los campos tratados viven un 10% menos.

El ciclo de vida de una abeja obrera varía entre 65 y 85 días de vida. Dependiendo de la época del año y la subespecie de abeja que sea. Las abejas más productivas y conocedoras de su entorno son las más antiguas y las más jóvenes aprenden de ellas. El hecho de que las abejas no puedan completar su ciclo de vida natural, silenciosamente envenenado por insecticidas "inofensivos", debilita enormemente las colonias de abejas afectadas.

Algo escandaloso se ha descubierto al respecto. Un estudio reciente de este problema ha demostrado que las abejas que viven en las ciudades son más saludables que las que viven en el campo. Las ciudades tienen parques y jardines, árboles, arbustos ornamentales y una gran diversidad de vida vegetal. Las abejas polinizan estos lugares urbanos, pero estos insecticidas no se esparcen por las ciudades.

Drones mutantes

Otro efecto pernicioso derivado del problema de los insecticidas se debe a lo que han desarrollado algunas multinacionales en sus laboratorios drones mutantes que resisten mejor al veneno que acorta la vida de las abejas. Estos animales se venden a agricultores cuyos campos ya están sufriendo problemas debido a la falta de polinización. Son animales fuertes que están desplazando a las colonias envenenadas, pero no son una solución por varias razones.

El primer problema está relacionado con la probóscide con la que chupan el néctar de las flores, que es excesivamente corta. No entra en muchas especies de flores. El resultado es un evidente desequilibrio de la flora. Algunas plantas se regeneran, pero otras mueren porque no pueden reproducirse.

El segundo problema, y ​​quizás el más importante, es la vergüenza criminal con la que las llamadas multinacionales resuelven un problema gravísimo creado por ellas mismas. Es como si una empresa que contamina las aguas nos vendiera un medicamento para mitigar los efectos nocivos de la contaminación en nuestro cuerpo, para que así pueda seguir contaminando el río y vender más medicinas para paliar nuestros problemas de salud. ¿Es este ciclo diabólico tolerable?

Campañas a favor de las abejas

Afortunadamente hay personas que están conscientes del gran problema que les llegará a nuestros hijos y nietos. Estos humanos están promoviendo campañas de recogida de firmas para obligar a los políticos a enfrentar este gravísimo problema, legislando en defensa de las abejas, y por tanto, en nuestra defensa.

No están pidiendo dinero, están pidiendo nuestro apoyo responsable para evitar una catástrofe en el mundo vegetal del futuro, que nos conducirá peligrosamente a una época oscura de hambruna y hambruna. ¿Podría interesar este tipo de futuro a alguna gran empresa alimentaria?