Contenido
A necesidades nutricionales de una perra durante el embarazo no son los mismos que en otras etapas de su vida. Para llevar una alimentación correcta, necesitamos conocer los niveles de energía requeridos y proporcionar a nuestro perro un alimento específicamente formulado para esta situación fisiológica.
Ofrecer una alimentación completa y de calidad es fundamental para nuestras mascotas en todas las etapas de la vida, pero más aún durante la gestación, ya que garantizará que tanto la madre como los cachorros gocen de una buena salud. Descubra aquí en Animal Expert cómo debería ser alimentando a una perra embarazada.
Características del embarazo en la perra.
El embarazo en las perras dura 64 días y se divide en dos fases:
- primera etapa del embarazo: Este es el desarrollo que va desde el embrión hasta el día 42 y, durante este período, la madre no gana prácticamente nada de peso.
- segunda etapa del embarazo: A partir del día 42, los fetos crecen rápidamente y alcanzan hasta el 80% de su peso al nacer, por lo que el aumento de peso de la madre es significativo a medida que aumenta su demanda de energía. El aumento de peso de la madre al final de la gestación no debe exceder el 25% (perro grande) o el 30% (perro pequeño) de su peso inicial, y después del nacimiento debe recuperar su peso sin problemas.
Es importante observar que los fetos se alimentan a través de la placenta y es fundamental que la madre reciba una nutrición adecuada, ya que puede producirse la pérdida de la descendencia.
Perra embarazada alimentando
En el primer paso descrito, no se debe cambiar la cantidad y el tipo de comida habitual que le damos al perro. Después de un mes y medio, es decir, en la segunda fase, debemos introducir progresivamente una comida mucho enérgico y digerible que nos permite cubrir todas las necesidades con pequeñas porciones.
Cuando las perras están preñadas, su abdomen se estira debido a la dilatación del útero y esto provoca una disminución de la capacidad digestiva a través del tracto digestivo. Por tanto, la dieta ideal se basa en dividir la cantidad diaria necesaria en varias porciones para evitar sobrecargas.
Aumentando un poco la ración de pienso cada semana a partir de la cuarta semana, llegaremos a la novena semana con una ración un tercio más grande de lo habitual.
- necesidades energéticas: en el último tercio del embarazo, estas necesidades se multiplican por 1,5, por lo que la dieta debe aportar un alto contenido calórico.
- necesidades de proteína: en este último tercio del embarazo, las necesidades de proteínas también son elevadas. Ya sea por el inicio del desarrollo de las mamas o por el crecimiento de los fetos. Se estima que aumentan hasta un 70% en comparación con una hembra en mantenimiento. Si la ingesta de proteínas no es suficiente, puede resultar en un bajo peso al nacer de los cachorros.
- Ácidos grasos: Los ácidos grasos esenciales son importantes para las primeras etapas del desarrollo de los cachorros, especialmente para el cerebro y la retina, y ayudan a mejorar la visión, la memoria y el aprendizaje.
- Acido fólico: Reduce la probabilidad de padecer paladar hendido (o labio leporino) en perros braquicéfalos.
- Minerales: Se administran en dosis equilibradas, recibidas por el pienso. No es necesario complementar con nutracéuticos.
Todos estos requisitos nutricionales que hemos mencionado se encuentran en raciones recomendadas "para cachorros" o "cachorros". Es fundamental adquirir productos de alta calidad. Podemos encontrar comida específica para perros en cualquier tienda de mascotas o tienda online.
sobrepeso y otros problemas
Como se indicó anteriormente, el aumento de peso al final del embarazo no debe exceder el 25 o 30%, por lo que debemos controlar el peso del perro durante el período. Para ello, registremos su peso al inicio del embarazo en un cuaderno.
Lo ideal es que nuestra perra tenga el peso adecuado antes de quedar embarazada porque el exceso de tejido adiposo interactúa con la función reproductiva, dando como resultado embriones de mala calidad. Además, la obesidad causa problemas durante el parto, ya que la grasa se infiltra en el miometrio de la perra, reduciendo la fuerza de las contracciones uterinas.
Muchos cuidadores creen que, en una perra preñada, la necesidad de alimento aumenta desde el inicio de la gestación y ofrecen una mayor cantidad, lo que favorece la obesidad.
Finalmente, cabe señalar que la deficiencias nutricionales porque malformaciones congénitas en cachorros, además de cambios en el sistema nervioso central y otras patologías.